Ginebra, 16 may (PL) Cada año mueren en el mundo 1,2 millones de adolescentes por causas previsibles como accidentes o suicidios, alertó hoy la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Según un informe de la entidad, a diario más de tres mil personas de entre 10 y 19 años de edad pierden la vida.
El documento indicó que los índices más alarmantes están en países de bajos ingresos de África y el sureste de Asia, zonas donde se registraron en 2015 más de dos tercios de todos los fallecidos.
Además de los traumatismos por accidentes viales, con un saldo de 115 mil decesos al año sobre todo entre los peatones, ciclistas y motociclistas, las principales causas de muerte son las infecciones respiratorias (más de 72 mil) y los suicidios (67 mil).
El informe corroboró que en países de ingresos bajos y medios de África, las enfermedades transmisibles como el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), las infecciones respiratorias, la meningitis y las enfermedades diarreicas fueron las mayores causas de muerte entre los adolescentes.
Por otra parte, las complicaciones del embarazo, o los abortos inseguros, fueron la principal causa de muerte entre las jóvenes de 15 y 19 años de edad en 2015.
La mayoría de estos fallecimientos puede prevenirse con servicios de salud, educación y apoyo social, apuntó la subdirectora general de la OMS, Flavia Bustreo.
La especialista consideró que los adolescentes han estado totalmente ausentes de los planes de salud nacionales durante décadas.
Inversiones relativamente pequeñas concentradas en ese grupo social no solo llevarían a adultos más sanos y conscientes que contribuyen positivamente a la comunidad, sino también a generaciones futuras más saludables, con enormes retribuciones, agregó.
«En muchos casos, los que sufren de trastornos de salud mental, abuso de sustancias o mala nutrición no pueden obtener servicios de prevención y atención, porque los servicios no existen o porque no saben de ellos», añadió.
El reporte de la OMS agregó que muchos comportamientos dañinos para la salud a largo plazo, como el sedentarismo, la mala alimentación y conductas de riesgo de salud sexual, comienzan en la adolescencia.
En este sentido, la agencia de las Naciones Unidas instó a los gobiernos a desarrollar políticas para promover conductas responsables y saludables en ese grupo etáreo como programas de educación sexual integral en las escuelas, limitar la edad máxima de consumo de alcohol, imponer los cinturones de seguridad y cascos como norma en la vía pública y mejorar el acceso al agua, entre otras.